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Malapportionment
Seg?n el Oxford English Dictionary la voz apportionment es definida como ?la determinaci?n del n?mero de esca?os que corresponde proporcionalmente a cada estado? as? como tambi?n ?the action of distributing or allotting in proper proportion or suitable shares?. Por el contrario, se dice que existe malapportionment cuando la asignaci?n de los esca?os a las divisiones distritales no coincide con las proporciones poblacionales de cada una de ellas. El t?rmino apportionment viene del lat?n apportionamentum, que a su vez deriv? en el franc?s apportionnement, que son equivalentes. La ra?z del t?rmino ingl?s es apportion. En todas estas lenguas existe una ra?z com?n, pero curiosamente en castellano no existe un t?rmino equivalente, a pesar de su origen latino. El uso del t?rmino apportionment es muy preciso, y su traducci?n literal acarrea serias dificultades de definici?n. Por ejemplo, las expresiones repartir o distribuir no indican que se trate de un reparto o distribuci?n de esca?os proporcional a la poblaci?n, lo cual supone que se puede distribuir de cualquier forma y no necesariamente de acuerdo a los criterios poblacionales o en relaci?n proporcional a algo. Otra alternativa m?s transparente ser?a la utilizaci?n del neologismo ?aporcionamiento?, del inexistente verbo ?aporcionar? que fue propuesta por Reynoso (2000) y que ha sido utilizada en otros trabajos (Colomer, 2001). El problema sigue siendo el mismo, tal denominaci?n es incomprensible y de dif?cil registro para la comunidad cient?fica. En otras palabras, mal aporcionamiento existir?a cuando el porcentaje de esca?os de un distrito no coincide con el porcentaje de poblaci?n del mismo, lo que da lugar a que algunos distritos est?n sobre-representados a costa de la sub-representaci?n de otros. Por esa misma raz?n el t?rmino sobre-representaci?n sea de mayor utilidad, adem?s de ser f?cilmente reconocido en la disciplina. Gibson, Calvo y Faleti (1998) utilizan el t?rmino over-representation en lugar de malapportionment, debido a que el concepto cr?tico y de dif?cil traducci?n porta una connotaci?n negativa. Pero el problema es que el malapportionment implica que en un sistema existan a la vez distritos sobre-representados as? como una contrapartida sim?trica de sub-representaci?n. Existen varias definiciones de malapportionment en la literatura especializada que equ?vocamente utilizan el t?rmino ?desproporcionalidad?. Este t?rmino t?cnicamente se utiliza para definir las diferencias entre votos y esca?os partidarios que producen los resultados electorales. Por tal motivo, ese t?rmino resulta confuso y ambiguo. Es cierto que el malapportionment supone un tipo de desproporcionalidad, si se quiere territorial. Pero no creo conveniente utilizar un mismo t?rmino para definir dos conceptos diferentes. Esa ambig?edad conceptual es la que por definici?n el discurso cient?fico debe evitar. Vall?s y Bosch (1997:79-81) utilizan la expresi?n ?prorrateo desigual o desviado? equivalente a una distribuci?n prorrata de esca?os entre distritos. Otro t?rmino menos sofisticado es el de ?desviaci?n electoral? (Crespo, 1997). La expresi?n prorrateo necesita del adjetivo ?desigual? o ?desviado? para que tenga el mismo sentido conceptual que malapportionment y la expresi?n ?desviaci?n electoral? se utiliza tambi?n para definir otros fen?menos electorales tales c?mo la relaci?n entre votos y esca?os de los partidos (Taagepera y Shugart, 1989). De ah? que ambos intentos no resulten satisfactorios. Por eso, el concepto equivalente en nuestro idioma podr?a ser el de ?sobre-esentaci?n distrital?. Ello permite que podamos utilizar un t?rmino valorativamente neutral que no posea ning?n prefijo ? como lo es ?mal? ? que sugiera que se trata de un fen?meno incorrecto o negativo. Por otra parte, la propuesta del neologismo mal aporcionamiento, como se ha mencionado, posee dos defectos: el primero, es que no logra comunicar claramente el fen?meno en cuesti?n y genera siempre un comentario acerca del t?rmino, lo cual empa?a la importancia del concepto; el segundo defecto, reside en que el t?rmino porta una connotaci?n negativa que es muy discutible. Referencias COLOMER, Joseph (2001): Instituciones pol?ticas, Ariel, Barcelona. CRESPO, Ismael (1997): "El sistema Electoral" en Manuel Alcantara y Antonia Mart?nez (eds.): Pol?tica y Gobierno en Espa?a, Tirant lo Blanch, Valencia GIBSON, Edward, Ernesto F. CALVO y Tulia G. FALLETI (1998): ?Reallocative federalism: Overrepresentation and Public Spending in the Western Hemisphere?, Northwestern University, October, (Manuscrito). REYNOSO, Diego (2000): Distritos y esca?os: malaporcionamiento y representaci?n partidaria en perspectiva comparada, Tesis Doctoral, FLACSO, M?xico. TAAGEPERA, Rein y Matthew SHUGART (1989a): Seats and votes: The effects and determinants of Electoral Systems, Yale University Press, New Haven, Connecticut, USA. VALL?S, Josep M. y Agust? BOSCH (1997): Sistemas Electorales y Gobierno Representativo, Ariel, Barcelona.

Reynoso Diego 1/18/2002


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